Doy clases tanto a músicos como a artistas plásticos. Con el tiempo me he dado cuenta de algo. Éstas dos artes tienen algo en común que me causa envidia: No dependen del lenguaje. Las sonatas, sinfonías, cuartetos y ensambles se entienden sin necesidad de hablar, de leer. Las instalaciones, pinturas y performances no requieren un intérprete, aunque muchos piensen que si. En cambio, un escritor normalmente escribe en su idioma natal y si quiere llegar lejos en este mundo debe ser traducido._x000D__x000D_
El músico se presenta sin conflicto tanto en Estados Unidos como en Japón o Indonesia. El artista plástico puede exponer en Zimbawe o Finlandia. Su obra puede interpretarse casi igual en todo lugar. ¿No es eso maravilloso?_x000D_
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Pero, repito, un escritor requiere ser traducido. Esto se dice más fácil de lo que se hace. Es una muralla China que cierra el paso a muchos terrenos. En Estados Unidos, por ejemplo, tan solo el 5% de los libros publicados son traducciones. O algo así leí una vez. ¿Cómo superar esa barrera?_x000D_
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Una posibilidad es vender montones de libros. Aún así, eso no te garantiza nada. Quizá lo que dices no es valioso para otros países. Además, si es difícil ser traducido, lo es todavía más ser leído._x000D_
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Lo interesante de las artes visuales y la música es que trabajan con semióticas no verbales. Pero, de todas formas. Para llegar lejos, tienes que ser muy bueno. Y eso es igual para todas las artes.